Les voy a ser muy sincera, siempre me ha costado creer en todo el tema de la manifestación. Aunque me considero una persona espiritual siento que me falta mucho por comprender, por aceptar. A veces le resto poder a mi mente, me dejo convencer por pensamientos absurdos que me hacen creer que mi futuro no está en mis manos. Pero, déjenme decirles que he tenido la oportunidad de vivir unos momentos que simplemente me dejaron sin palabras, se encargaron de abrirme los ojos y decirme, fuerte y claro, “¡Ey! Tú si puedes tener el control si te lo propones”. Hoy les traigo una serie de retazos, una recapitulación de eventos que con el tiempo me fueron revelando ese poder, mi poder.
Por un tiempo, mucho tiempo en realidad, viví en automático, dejé que mis días se llenaran de rutinas imposibles de disfrutar, caminaba en desorden, sin rumbo, sin un norte. ¿Por qué? No era simple aburrimiento, no estaba cansada ni más ocupada de lo normal la verdad. Solo vivía siempre el mismo día, me movía por inercia y existía por supervivencia, porque no tenía la más mínima idea de cuál era mi motor, de qué me estaba impulsando y hacia donde tenía que llegar. Yo solo me movía, sin entender muy bien cómo ni para qué. Me demoré mucho en comprender el error. Bueno, ni siquiera lo llamaría error, era más una necesidad latente que tenía de encontrar un propósito que no sabía aún dónde buscar. Ese primer llamado, ese primer momento de luz se dio cuando comprendí que algo estaba mal, que antes de fijar un rumbo en mi camino necesitaba entender mis raíces, la razón por la que estaba de pie y ese impulso que me guiaría hacia una posible meta futura.
¿Sabes? Para mí la forma más fácil de llegar a manifestar la vida de mis sueños fue dedicarme tiempo, conocerme, dejar a un lado todo lo que no fluyera conmigo y empezar una vida alrededor de aquello que vibrara en mi sintonía. Se que suena muy lindo, poético, filosófico, pero no te dejes engañar, porque en realidad es algo que toma tiempo y requiere de muchísima valentía. Si algo he aprendido es que alejarse de ese viejo vicio de aparentar coincidir con personas que no le aportan a tu felicidad puede ser bastante complejo. Incluso, sientes que vas a recaer, podrías pasar por lo que me atrevería a llamar el síndrome de abstinencia para las relaciones tóxicas, ese momento en el que crees con firmeza que no puedes vivir así y necesitas dar vuelta atrás. Pero, déjame decirte algo, eventualmente apartarte de quien te corta las alas será la mejor decisión que podrás tomar por ti, la mejor forma de empezar a manifestar una vida cada vez más cercana a esa que tanto sueñas.
Conectar con uno mismo si es posible. Sé que a veces parece un concepto inventado por la sociedad, por las redes, por la industria incluso, para vendernos una supuesta vida en plenitud que parece imposible. Pero, creo que podemos enfocarnos en cultivar una relación con nosotros mismos, solo que no es fácil claro, no es algo que se logra en un día. Como toda relación común y corriente, nos toma tiempo entendernos, saber qué queremos, qué nos gusta y qué no podemos soportar. Pero de eso se trata, ese es para mí el primer paso para empezar a manifestar una vida que realmente te apasiona… Saber quién eres para poder entender realmente qué sueñas, a dónde quieres llegar y hacia dónde, entonces, deberías empezar a caminar.
Y así me fui yendo, día a día, paso a paso. Porque manifestar suena como algo macro, pero realmente son las pequeñas acciones las que te llevarán a encaminarte hacia tu propósito. Bueno o propósitos, que ese vendría a ser el segundo punto. No se trata de un solo sueño, de una sola meta final, de UNA VIDA DE TUS SUEÑOS. Porque, creo yo, una vida soñada se construye a partir de los diferentes momentos de plenitud, de unos logros grandes y otros más chiquitos, de felicidades más efímeras y otras que parecieran durar para siempre. No es solo encontrar un propósito, o al menos en mi caso no ha sido así, es visualizarte en un camino que te cause plenitud, es soñar lo grande y también lo pequeño, es apasionarte por un futuro lejano pero también por una acción que puedas hacer hoy y que, finalmente, te llene de felicidad.
Creo, entonces, que no hay una ruta, un mapa, unos tips exactos que te mostrarán cómo es que debes manifestar la vida de tus sueños. ¿Por qué? Porque finalmente esa vida es tuya y de nadie más. Es tu responsabilidad caminarla, a veces sin un rumbo fijo, equivocarte si es necesario, aprender de cada situación y construir, con todas tus fuerzas, esos propósitos, pequeños y enormes, que te ayudarán a comprender que la vida de tus sueños no tiene por qué ser algo futuro, una meta lejana y aparentemente irreal. Manifiéstalo y verás que la vida de tus sueños la puedes vivir todos los días.
Por: María Antonia Sierra Barrientos
3 comentarios
Me encantó,todo lo que dice,ya que me siento identificada con la historia.
Totalmente de acuerdo, nos vamos sentir siempre vacíos o sin rumbo sino buscamos la felicidad en nosotros mismos. No se trata de las cosas materiales o lo logros profesionales , sino de aquellos momentos, relaciones y experiencias en la vida que te hacen sentir pleno.
Me encanto de principio a fin! Que lindo ver cómo no existe una vida perfecta, pero si un motivo para vivirla todos los días! ♥️